Un ambigrama puede ser considerado como una representación de lo infinito, un pequeño ciclo interminable. Un concepto donde las matemáticas rayan en lo filosófico, y que siempre me ha fascinado; no podía faltar entre mis ambigramas.
Curiosamente, el mismo infinito, en su forma ambigramada, esconde en su interior un ambigrama para la palabra fin (palabra con la que había experimentado ya algunas veces):
Este es un regalo que le envié a Marcos Donnantuoni hace ya un buen tiempo, cerca de la fecha de su cumpleaños. Marcos es un activo bloguero, con un interés marcado por el ingenio y la lógica. Suelo leer tres de sus páginas: Cositos, donde muestra diversas de sus creaciones; Juegos de Ingenuo, un sitio donde propone problemas de ingenio siempre muy desafiantes; y Bits en el Ring, un blog donde se realizan competencias de algoritmos.
Este es un ambigrama que seguramente para quien no conozca el apellido de Marcos va a resultar poco legible, pero que a pesar de eso me parece que tiene una valiosa consistencia en el estilo (en especial con las cuatro enes), cosa que no se suele dar en palabras de este largo.
Para celebrar el primer aniversario de su sitio de ambigramas, Serpiente ha invitado a varios ambigramistas de todo el mundo a crear un trabajo de acuerdo a la ocasión. Mi regalo es este ambigrama, una nueva versión para uno que publiqué hace tiempo. El estilo tipo dibujo a mano está vagamente inspirado en el header del blog de Serpiente, y en algunos de sus trabajos.
Suck Uk Design tiene dentro de su catálogo de productos este notable felpudo que da la bienvenida a las visitas cuando llegan, y las expulsa a la salida. Hace mucho tiempo intenté hacer algo muy parecido en castellano, pero fracasé rotundamente. Además de la creatividad de la aplicación para el ambigrama, la calidad de éste es notable, me gustó en particular la elegancia con la que se resolvió el par i/o.
(Este enlace se lo agradezco a Douglas Hofstadter, que me lo mostró por correo).
Antes de lograr este ambigrama (cuya idea vino de Sergio), invité a otros ambigramistas a hacer el intento. Respondieron, en forma casi inmediata, Merfat, Alberto Portacio, y Jordi.
Me llegó un correo de Sergio, que conoció este blog a través de Gaussianos, y que me sugería hacer un ambigrama con la palabra "capicúa". A pesar de que la idea me entusiasmó, el resultado no fue muy alentador. De todas formas, le dediqué un ambigrama con su nombre, como una forma de agradecer la idea. Ah, y si alguien logra hacer una buena solución para "capicúa", me avisa. Yo, por mi cuenta, seguiré intentando.
